Esta fue nuestra primera variedad autofloreciente. Resultado de cruzar y estabilizar dos de los mejores individuos
automáticos, se buscó una variedad que le aportara las características en sabor y olor que según nuestro criterio, le
faltaban. Esto se consiguió con la Widow, productora de pesadas flores, y también de un periodo de floración
relativamente corto. Esta variedad, que en interior no suele ramificar mucho, forma una porra central de 25/40 cm.
completamente recubierta de cristales. Su efecto fuerte, nos traerá al paladar unos sabores dulzones a madera, pino
y regaliz.