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Descubrí la marihuana en México en 1957”. Jean Giraud tenía entonces 17 años, y la marihuana le ha acompañado hasta que cumplió los 65. Para este artista, posiblemente el autor europeo de cómic más famoso del siglo XX, la hierba ha sido un estimulante creativo que probó por primera vez “en condiciones muy serias y bellas, sin prejuicios, con gran naturalidad”.

Jean Giraud también es conocido por su pseudónimo creativo, Moebius. En su juventud, Giraud se hizo muy popular en Francia por ser el responsable gráfico de El Teniente Blueberry, un cómic del oeste de factura clásica del que ha llegado a completar, a lo largo de los años, 32 álbumes. En sus trabajos firmados como Moebius, Giraud conecta con su subconsciente, se deja arrebatar por una creatividad onírica y rompe con las convenciones que tanto se respetan en Blueberry.

Arzach, El garage hermético, The Long Tomorrow o El Incal –con guión de Alejandro Jodorowski–, son algunas de las obras que convirtieron a Moebius en un artista visionario, mundialmente conocido. Gracias a la ciencia-ficción irónica y poética de sus cómics, nuestro autor ha sido invitado a colaborar como diseñador en Alien, Dune, Tron y otras películas. Y durante todos esos años, la marihuana era su compañera cotidiana.

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Probé la marihuana con artistas que la usaban no para huir de la realidad, sino para aprehenderla y entenderla de una manera diferente a la racional”. Giraud siempre ha recordado, de forma muy agradecida, sus primeras experimentaciones juveniles con la hierba, en el entorno de la bohemia mexicana, donde se utilizaba “como una herramienta, no como un remedio para evadirse”.

En 2005, por iniciativa propia y aconsejado por su esposa, Giraud decide dejar la marihuana. “Entonces empecé un diario de esa aventura personal, pero a las cuatro páginas ya había olvidado mi propósito”. De forma orgánica, ese cuaderno de experiencias se extendió y se convirtió en un cómic autobiográfico, Inside Moebius, donde el artista ha podido explorar de nuevo su propio espíritu, para conocerse mejor a sí mismo en el principio de su vejez. “Lo más interesante de ese diario era la posibilidad de aparecer yo mismo como personaje”.